Cuando llegan las vacaciones, los niños y niñas cuentan con más tiempo libre y muchos se pasan el día jugando, pintando y coloreando, dando rienda suelta a su imaginación y creatividad. Si cuentan con una pizarra blanca es probable que le den mucho uso, ya sea jugando a ser profesores o dibujando.
Generalmente, al darle tanto uso, lo más común es que la pizarra acabe echa un desastre. Para que los niños puedan seguir usándola es clave limpiarla adecuadamente, quitando cualquier resto que haya podido quedar.
En este blog te vamos a contar como limpiarla y hacer que parezca como nueva.
1- Limpiar la pizarra después de cada uso
Las pizarras blancas están principalmente diseñadas para ser usadas con borradores de limpieza en seco, ya sea con un borrador, trapo o, incluso, una toalla de papel.
Generalmente, para poder limpiar una de estas pizarras será suficiente usando un paño limpio después de cada uso. Ya que si dejamos dibujos hechos con rotuladores en la pizarra, al paso del tiempo se secarán y costará limpiarlo. Por ello, será esencial quitar cualquier trazo al instante después de haber acabado de dibujar o escribir sobre la pizarra.
2- Limpieza a fondo con productos específicos
El borrado después de cada uso que hemos comentado anteriormente es crucial, pero a veces deberemos de limpiar en profundidad la pizarra para quitar suciedad acumulada y marcas que puedan quedar tras el borrado. Será importante hacerlo de forma periódica, y existen muchas formas de hacerlo. En caso de que los restos que dejen los rotuladores sean persistentes, puedes humedecer un paño con un poco de alcohol o, en caso de que no quede limpio del todo, podrás usar disolvente universal.
En cualquier caso, no recomendamos usar productos de limpieza, ya que pueden dañar el material de la pizarra, generando una superficie grasienta en la pizarra provocando que los rotuladores resbalen sobre la pizarra y los borradores emborronen todo lo pintado.
3- Pintar sobre lo pintado para poder borrar
Aunque parezca una contradicción, este truco es muy efectivo y lo podrás aplicar cuando, después de mucho tiempo de dibujos y garabatos, se hayan quedado marcas que son imposibles de quitar. Sin duda este truco nos quitará de un apuro. Incluso, en el peor de los casos, los niños pueden usar sin querer un rotulador permanente, provocando que no podamos borrar los trazos.
Para ello, deberemos de coger un rotulador de tinta deleble, la cual si se puede borrar, y dibujar sobre los trazos que no podemos quitar y así pasar el borrador por encima como lo harías habitualmente.